Sunday, September 28, 2008
La OII rechaza la idea de que nuestro sexo es un trastorno
Los verdaderos peligros y trastornos son el racismo y el sexismo que desarrollan ideologías y tecnologías eugenésicas para tratar los problemas sociales. En lugar de aceptar, respetar nuestros derechos como human*s y permitir el desarrollo a las personas con variaciones intersexuales, la solución es eliminarnos.
Una discusión abierta sobre el abuso del poder que ostentan quienes controlan las definiciones es una manera importante de enfrentar y resolver los verdaderos problemas. La eugenesia, el racismo y los modelos patriarcales de poder corren peligro de desplomarse si la dicotomía masculina/femenina corriente no se aceptara como sacrosanta.
L*s miembr*s de la OII no aceptamos el sistema binario actual que se impone a casi todas las personas en la mayor parte de los países, como paradigma de la « normalidad ».
Nosotr*s esperamos que otras personas aliadas con nuestra causa y nuestros derechos ayuden a enfrentar este abuso de poder de quienes tienen como meta eliminarnos.
Tuesday, April 29, 2008
La Homocromosexualidad: Un nuevo trastorno psiquiátrico
Tuesday, March 18, 2008
¿A quién pertenecen nuestros cuerpos?
por Curtis E. Hinkle, fundador de la OII
Esta pregunta probablemente puede resultar absurda porque la respuesta parece obvia. Sin embargo, ésta es una pregunta fundamental que enfrentamos tod*s, especialmente l*s intersexuales.
¿Quién es intersexual?
Todos nacemos en un sistema en el cual nuestro sexo es definido simplemente al mirar el cuerpo, más específicamente los órganos genitales. Cada un* debe tener un cuerpo masculino o femenino. No hay otra posibilidad. El poder que l*s doctor*s y el sistema jurídico tienen para determinar el sexo de un individuo tiene consecuencias muy serias que afectan la vida y el futuro de tod*s l*s niñ*s, no solamente l*s que nacen intersexuad*s. Consideremos el nacimiento de niñ*s con órganos genitales y/u otras características que no son típicas para las normas del sexo femenino o masculino. Los cuerpos de tales niñ*s no pertenecen a ell*s porque tales cuerpos ponen en peligro la validez del sistema binario que estipula que sólo se puede ser varón o mujer. Tales nacimientos se convierten en emergencias sociales para los/las padres/madres y l*s doctor*s, y la emergencia social se convierte inmediatamente en una emergencia médica en la mayoría de los países occidentales en donde existe la tecnología médica para normalizarl*s. Esta decisión arbitraria concerniente a cual de los dos sexos asignar al niñ* intersexual es acompañada por muchos tratamientos que en el pasado, y hasta cierto grado hoy en día también, tienen por propósito la normalización de la identidad de género y de la orientación sexual del niñ* . Normalizamos los cuerpos quirúrgicamente y/u hormonalmente para forzar al niñ* para que encaje en este sistema heterosexista, en el cual se espera que las personas que son asignadas al sexo femenino se adapten a las normas también establecidas para este sexo, es decir, que sean femeninas, heterosexuales y que les atraigan los varones. Las mismas expectativas se aplican a l*s niñ*s a quienes se les asigna el sexo masculino, es decir, se espera que sean masculinos y que les atraigan sexualmente las mujeres.
La homofobia subyacente de los tratamientos
Los tratamientos que son, en efecto, para normalizar los cuerpos son un símbolo que revela las medidas tomadas por las autoridades para mantener la heterosexualidad obligatoria en nuestras sociedades. Los tratamientos actuales de bebes intersexuales consisten en cambios a sus cuerpos por medio de intervenciones quirúrgicas, o en otras palabras, mutilaciones, para hacer sus cuerpos aptos para la cópula heterosexual. Estas cirugías son seguidas a menudo, por terapia hormonal. Todo esto para forzar al cuerpo del niñ* al sistema binario que l*s rechaza y al cual deben adecuarse.
El problema principal que enfrentan l*s intersexuales es la división arbitraria del sexo y del género en dos categorías y sólo dos.
No hay solamente dos categorías preexistentes del sexo. Aceptamos a menudo, que el género es una construcción social en que diversos papeles sociales están asociados con lo que es un varón o una mujer en nuestras diversas culturas. Sin embargo, el estudio de hermafroditas o intersexuales confirma que el sexo en sí mismo es también una construcción social por el hecho de que está construido arbitrariamente como una dicotomía, lo cual no es natural sino sociocultural.
Año tras año l*s científic*s y otr*s investigador*s están descubriendo otros aspectos y partes del cuerpo que son “sexuados” - los genes, el cerebro, incluso la longitud del dedo anular. El problema es que cada vez que una nueva parte del cuerpo se considera como un marcador del sexo, es clasificado invariablemente como de varón o de mujer, a pesar de la evidencia de muchos estados intermedios junto con una combinación extensa de todos estos diversos marcadores del sexo entre sí mismos, lo cual hace que el sexo sea un continuo, no una dicotomía.
Cuanto más aprendamos sobre los diversos factores que determinan el sexo de un individuo y las posibilidades de todas las combinaciones de todos los factores dentro del mismo individuo, más advertiremos cuan absurdo es suponer que cada persona es un varón o una mujer estándar.
Los derechos humanos
Cada persona es afectada por este sistema binario que requiere conformidad a las normas establecidas para los dos sexos oficiales, y no sólo aquellas que han nacido con lo que los médicos llaman cuerpos intersexuales. ¿Por qué el cuerpo de un niñ* intersexual se considera como enfermo y en necesidad de tratamientos? ¿Por qué l*s médic*s tienen el derecho de realizar cambios permanentes a los cuerpos de los bebés intersexuales sin su consentimiento? ¿Y por qué los padres que no están a menudo bien informados de las consecuencias de muchas de estas cirugías y otros tratamientos tienen el derecho de tomar tales decisiones por el niño? ¿Quién debe tener el derecho de decidir el sexo del niñ*, los doctores, los padres o el niñ*? ¿Es el bienestar de los padres/madres o es el del niñ* al que se le debería dar preeminencia?
Necesitamos más opciones para movernos más allá de este sistema binario que se nos impone legal y médicamente a tod*s nosotr*s.
Es esencial que las personas más afectadas, es decir l*s niñ*s, sean ell*s mism*s quienes tomen esta decisión sobre los tratamientos de normalización para sus cuerpos. Las cirugías de normalización actuales y otros tratamientos hormonales se asemejan a la mutilación genital que ocurre en otros países por razones tradicionales. En ambos casos, aquí como en otros países, se trata de creencias sobre lo que consideramos como “normal o deseable” para el sexo y el género. Creencias, no hechos del mundo natural.
¿Debemos aceptar definiciones rígidas, biológicas y esencialistas de la intersexualidad?
Si aceptamos una definición fija, biológica de la intersexualidad, estamos creando solamente otra definición esencialista y reduccionista que será determinada y controlada por l*s profesionales médic*s que son ya parte integral del sistema heterosexista que predomina en nuestras sociedades. Sin insistir en una tercera categoría fija, ser intersexual debe ser una opción, otra posibilidad para cualquier persona. No tenemos ninguna definición clara y esencialista de lo que es una mujer o de lo que es un varón y por lo tanto, no debemos esperar tener una definición esencialista clara y fija de lo que es una persona intersexual.
Mucha gente en la comunidad intersexual insiste en tener el derecho de ser varones o mujeres sin definiciones esencialistas basadas en los órganos genitales y otros marcadores del sexo, porque tienen una identidad femenina o masculina. Si queremos que l*s intersexuales tengan el derecho de determinar su propio sexo como intersexual, mujer o varón, es necesario también aceptar el derecho de otras personas de identificarse como intersexuales o intergéneros.
Lo que desean l*s hermafroditas es que cada quien tenga el derecho de definirse sin categorías que sean impuestas médica o legalmente porque no ven ninguna manera de determinar con límites claros y fijos el sexo de una persona.
La Organización Internacional de Intersexuales
La mayoría de las personas intersexuales se oponen a todos los esfuerzos de clasificar la intersexualidad como condición patológica. Ser intersexual no es una enfermedad, no más que ser de sexo masculino o femenino. Definir la intersexualidad como patología médica es una trampa muy peligrosa para la comunidad intersexual porque refuerza la necesidad de tratarl*s y de “curarl*s”. Ser intersexual o intergénero debe ser una posibilidad existencial entre otras, para deconstruir el sistema binario heterosexista que nos oprime a tod*s.
El cuerpo es la base para la estructura binaria del sexo que incluye el género y la orientación sexual que son inseparables del cuerpo.
Dentro del sistema binario que es la base fundamental para el patriarcado heterosexista, no se permite ninguna ambigüedad, porque de otra manera el sistema sexista opresivo sería desestabilizado. El cuerpo en tal sistema se convierte en un objeto de control usado para determinar a quién se concede el privilegio de la “normalidad” - es decir para determinar qué vidas se adecuan a las expectativas de la normas. Utilizo la palabra “normal” para referirme solamente a lo que se adecua a las normas impuestas por un sistema tan sexista. Por ejemplo, se concede privilegio dentro de este sistema solamente a las personas de sexo femenino que se conforman según los estereotipos femeninos para el género y que también son heterosexuales, y de igual manera para los varones. Tod*s l*s otr*s, l*s que tienen cuerpos que no se adecuan a las normas, l*s que tienen identidades de género que no coinciden con las normas asociadas a su cuerpo o que no actúan de acuerdo con los papeles previstos a su género, o l*s que no sienten atracción sexual hacia el sexo opuesto, tod*s, intersexuales, transexuales, trangéneros, intergéneros, bisexuales, homosexuales, están privad*s del privilegio de la “normalidad” en este sistema binario heterosexista.
El tema central es el cuerpo y la imposición de normas, sin el consentimiento de cada persona, por parte de los gobiernos en colaboración con el sistema médico.
El sistema médico es la institución que asegura el privilegio de la “normalidad” a las personas que se conforman según el sistema binario heterosexista imperante. Es esencial que el cuerpo del individuo sea realmente una propiedad del estado para preservar este sistema. Lo que l*s hermafroditas tienen en común con la comunidad LGBT es que somos tod*s privad*s del privilegio de la normalidad dentro de un sistema que no reconoce las variaciones sexuales y que clasifica a todas las personas como mujer o varón con normas de género y de orientación asociadas para ambos sexos. Es un sistema que mutila no solamente los cuerpos sino también las almas e identidades de muchas personas. Sin la normalización de cuerpos, el sistema se derrumbaría. Por lo tanto, para preservar este sistema, es necesario que cada uno sea clasificado como varón o mujer, incluso l*s intersexuales, y por eso son diagnosticad*s como padeciendo enfermedades que se deben tratar sin su consentimiento en muchos casos, para que el sistema binario heterosexista no se vea comprometido.
Lo importante es que somos “seres humanos”, “personas” individuales sobre todo, y como tales, deseamos todos los derechos humanos que tienen l*s otr*s seres humanos y debemos ser aceptad*s como parte integral del mundo natural que incluye una gran riqueza en la diversidad.
Monday, February 11, 2008
La OII felicita a Christiane Völling
La Organización Internacional de Intersexuales
http://www.intersexualite.org/
La OII felicita a Christiane Völling
La Organización Internacional de Intersexuales felicita a Christiane Völling, la mujer intersexual alemana que demandó a un cirujano por daños y perjuicios. Hoy, 6 de febrero de 2008, la Audiencia Provincial de Colonia ha sentenciado que el cirujano violó los derechos de la demandante puesto que le extirpó los ovarios y el útero hace 30 años sin haberla informado suficientemente al respecto.
Este veredicto confirma la posición oficial de la OII respecto al cuidado médico de las personas intersexuales y subraya el hecho de que el tratamiento de l*s niñ*s intersexuales debe ser reexaminado para no sólo respetar su integridad física sino también para respetar su derecho inalienable a ser aceptados según el sexo que les parezca el más apropiado.
Los protocolos médicos actuales recomiendan operaciones quirúrgicas y tratamientos hormonales, a menudo irreversibles, para asignar un sexo al bebé lo más temprano posible sin ninguna posibilidad de consulta con las personas más afectadas, l*s propios niñ*s .
La sociedad, la ley y la medicina deben respetar los derechos humanos de tod*s l*s niñ*s intersexuales y por lo tanto es necesario cambiar mentalidades a favor de los hechos biológicos sobre el sexo y todas las variaciones biológicas posibles. No hay solamente dos sexos biológicos. Hay mucha gente que nace que no son ni hombre ni mujer. También, es un hecho que mucha gente no aceptará el sexo que los médicos les han asignado y hay otros que rechazarán cualquier asignación de sexo dentro del binario - hombre o mujer - porque para ell*s eso también es una violación de sus derechos humanos.
La demanda de Christiane Völling ha destacado un problema preocupante concerniente a las definiciones legales para los dos sexos oficiales y observamos que este veredicto está basado en el presupuesto de que Christiane Völling era "esencialmente hembra" debido a sus cromosomas XX y a su anatomía sexual interna. Tenemos la impresión de que si hubiera sido tratada de la misma forma por el cirujano, pero teniendo el Síndrome de Swyer por ejemplo (46XY), y su útero hubiera sido eliminado igualmente, el juez en ese caso no habría sentenciado a su favor. Las definiciones arbitrarias del sexo de una persona basadas en los marcadores biológicos y anatómicos no avanzan los derechos humanos de las personas intersexuales y desafortunadamente todas estas definiciones arbitrarias y vagas citadas por el juez en su veredicto no hacen nada para poner fin a las operaciones quirúrgicas sin consentimiento. La OII es de la opinión de que en los casos jurídicos no debe ser una polémica cuáles son los marcadores médicos o legales que definen el sexo de una persona sino una cuestión sobre la integridad del individuo en su totalidad y el derecho de todas las personas frente a la violación legal y médica de su integridad física y mental.
Apreciamos el valor de Christiane y su voluntad de defenderse con tanta dignidad y le deseamos una vida larga y feliz. Esperamos que este caso ayude a reparar el daño hecho a muchas personas intersexuales en todas las partes del mundo y que la sociedad en general construya un lugar para nosotros y nos trate con la dignidad humana que concede a la mayoría de las personas.
Curtis E. Hinkle
Fundador, OII
Correro: Curtis.Hinkle@gmail.com
Para más información en castellano:
Una intersexual se querella contra cirujano que le extirpó órganos femeninos
¿Era hombre o mujer?
Transexual demanda al cirujano que le extirpó los órganos femeninos
Intersexual gana proceso contra cirujano que la convirtieron en hombre
Para más información en alemán, inglés y francés:
http://www.intersexualite.org/Christiane.html#anchor_11
Tuesday, January 22, 2008
Derechos Humanos Básicos para las personas intersexuales
Por Curtis E. Hinkle
Traducción: Silvia García Dauder
¿Por qué nadie está seguro del sexo de este bebé? Es obvio para los que están presentes que el recién nacido es intersexual, pero nadie se atreve a decirlo en alto en presencia de la madre. Solo hay dos opciones: niño o niña. Incluso aunque la Naturaleza no se conforme con esta arbitraria división en solo dos sexos, nuestros médicos practicantes y la sociedad sienten que deben mantener vivo a toda costa el mito de que todos somos varones o mujeres.
De cara a mantener este mito vivo, el bebé es mutilado mediante la eliminación de su clítoris hipertrofiado. Su capacidad para disfrutar de uno de los aspectos más básicos de la vida humana –el sexo- ha sido severamente reducida, si no totalmente eliminada.
Será criado como una niña incluso cuando puede que no se sienta como tal. La cirugía mutiladora ha borrado para siempre hasta qué punto podría haber sido un varón. Se siente aislado y sabe que es diferente pero nadie le quiere decir la verdad.
Va creciendo como una mujer, y con frecuencia se abusa de él sexualmente, pero se siente demasiado avergonzado como para hablarlo porque comprende lo diferente y lo inaceptable que es. Tolera el abuso en silencio y con vergüenza.
Después en vida se encuentra con la discriminación en el trabajo por ser diferente. Cuando presenta una acusación de discriminación con el EEOC, descubre que las leyes de discriminación sexual solo cubren a varones o a mujeres. Pero su discriminación no sucedió porque fuera mujer o varón, sino porque no era ninguna de las dos cosas. Otra vez es silenciado.
Esta es la grave situación de millones de personas intersexuales en todo el mundo. ¿No deberíamos tener las personas intersexuales los mismos derechos humanos básicos que el resto? ¿Cuáles son los derechos humanos que tienen la mayor parte de las personas y que todos los países que han firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos se supone protegen a sus ciudadanos?
Abajo se señalan algunos de los derechos enumerados en la Declaración:
• Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y deberían actuar fraternalmente los unos con los otros.
• Artículo 2.
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción de ningún tipo, sea raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
• Artículo 5.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
• Artículo 6.
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
• Artículo 7.
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que viole esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
• Artículo 16.
Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo.
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Los bebés intersexuales no son tratados con dignidad. Sus derechos son violados cuando se les realizan cirugías puramente estéticas para hacer que otros se sientan aliviados mientras se les mutila y se les priva de la capacidad para disfrutar de una vida sexual. Su sensibilidad no es lo que cuenta. La capacidad para conformarse en un futuro a lo que se supone es el pene de un hombre es más importante que su dignidad o consentimiento o capacidad para tener un orgasmo. De forma rutinaria se realizan vaginoplastias a menores intersexuales asignados como niñas para que así sean capaces de dejar que un hombre les inserte su pene. Nadie ni siquiera les pregunta si se sienten como una mujer. Sus padres tienen que dilatar su pequeña vagina artificial haciéndoles sentirse sexualmente abusados por aquellos que más les aman. Para la realización de este tipo de vaginoplastias se utiliza un trozo de colon con espantosos resultados.
En lugar de reconocer nuestro sexo como intersexual, se nos trata de forma inhumana. Somos arrojados al silencio y si nos atrevemos a hablar se nos dice que tenemos una condición médica que debe ser tratada. ¿Cómo se sentirían los hombres si se les dijera que ser un hombre es una enfermedad y que tendrían que dejar que cirujanos les operasen, mutilando partes muy sensibles de sus cuerpos y forzándoles a terapias hormonales, y si mientras tanto todos los que se ocupan de sus tratamientos estuvieran escribiendo lo efectivo que es ese tratamiento? Si los expertos médicos aconsejaran que ni siquiera se le podría decir a ese hombre que alguna vez tuvo un pene. ¿Cómo se sentirían las mujeres si las únicas fotografías que hubiéramos visto de ellas estuvieran en los manuales médicos con sus caras con los ojos tapados y presentadas como monstruos patológicos? Somos humillados, marginalizados, patologizados y se nos ha dicho que cualquiera nos conoce mejor. Tenemos que escuchar, nunca hablar. No tenemos derechos humanos básicos. Somos silenciados. Somos tratados de forma subhumana. No tenemos espacio para vivir abiertamente en nuestras culturas. No somos tratados con dignidad.
“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. ¿No deberíamos considerar las mastectomías no deseadas de las mujeres un trato inhumano y degradante? ¿La castración quirúrgica de los hombres no debería ser considerada cruel? ¿La mutilación de los clítoris de las mujeres o la amputación forzosa de la cabeza del pene de un hombre no deberían ser considerados tratos crueles, inhumanos y degradantes? ¿Por qué esto no se concibe así en el caso de menores intersexuales?
Trastornando las vidas de l*s niñ*s
Por Curtis E. Hinkle
Traducido por Siliva García Dauder
Ya no somos hermafroditas. Ya no somos intersexuales. Somos todos varones o mujeres con “trastornos del desarrollo sexual” según muchos de los expertos médicos que han tratado nuestras vidas durante las pasadas décadas. En los Estados Unidos, ahora tenemos un nuevo Consorcio para el Tratamiento de los Trastornos del Desarrollo Sexual que está proponiendo gestionar las vidas de l*s futuros niñ*s nacidos con este desorden. ¿Cuáles son los riesgos implicados en este cambio de terminología? En mi opinión hay muchos.
¿Es la intersexualidad normal? No. Sin embargo, es totalmente natural y en la mayoría de los casos no es una amenaza para la vida. Existen muchos fenómenos diferentes en nuestro mundo natural que no son normales. Nuestro mundo está lleno de gente que no es normal de alguna u otra forma. Sin embargo, ¿qué criterio utilizamos para juzgar si esos fenómenos naturales son trastornos o no? ¿Qué criterio utilizamos para determinar si una variación natural en la población humana es buena, mala o neutra? Yo no tengo la respuesta a estas preguntas porque no parece haber una respuesta exacta. Varía en función de la persona que hace los juicios. Pienso que hay dos cuestiones fundamentales a preguntarse antes de juzgar comportamientos, variaciones y otros fenómenos en el mundo natural. ¿Son dañinos para la sociedad y si es así por qué? ¿Suponen un riesgo serio para el individuo y si es así por qué? Si la razón de que sean un riesgo para el individuo es simplemente la reacción de la sociedad hacia ese tema y no una amenaza real hacia esa sociedad, entonces, ¿es el individuo el que debería ser considerado “trastornado” o las reacciones de aquellos que juzgan al individuo? Creo que sería más apropiado decir que el problema está dentro del que juzga al individuo, y no en el individuo que es juzgado.
Una vez que a una madre o padre se le dice que su niñ* tiene un trastorno, es muy probable que asuma que debe existir algún tratamiento o bien para curarlo o bien para controlarlo. El consorcio no está ofreciendo una cura porque esto no es algo que pueda ser curado o necesite ser curado en mi opinión. Sin embargo, se convertirán junto con los padres en los gestores. ¿Se han convertido sólo en los gestores del cuerpo del niño que es la razón inicial para el diagnóstico? No, se han convertido en gestores de todos los aspectos relacionados con el sexo en la vida del menor, su género y su orientación. Lo que comienza como un desorden físico a ser tratado es visto ahora como un posible problema psicológico con otros desórdenes que se pueden evidenciar si el/la niñ* no acata el género impuesto. Y también tenemos el trasfondo de la homofobia. Alguno de estos gestores puede informar a los padres que es muy probable que su hij* sea homosexual como un resultado del desorden, lo cual podría hacer pensar a muchos padres que la homosexualidad es también un trastorno, parte del diagnóstico original cuando se les dijo que su hij* tenía un desorden del desarrollo sexual.